Hasta hace escasos días el país vecino de la Reública Dominicana, Haití, era un gran desconocido para la mayoría de los españoles. Hoy, sin embargo, la isla se ha vuelto famosa por una catástrofe.
El terremoto no hizo más que llevar más desgracia a un país en el que parece que llueve sobre mojado. Muchos de sus habitantes, 80% vive bajo el umbral de la pobreza, trabajaba una tierra deforestada por la sobre explotación. A esto hay que unir las constantes lluvias tropicales que han azotado al país.
Ecónomicamente, el país ha brillado por su endeudamiento y su economía basada en el textil.
Parece que el mundo, por desgracia, le está dando un nombre a Haití y recordando un terrible terromoto que ya se ha escrito en las páginas de la historia del país, sin embargo el presente y el futuro aún no está escrito. Esperemos que del dolor, del derrumbe y de la ruina pueda resurgir un país con oportunidades, una sociedad próspera y con esperanza... un país con oportunidades. Aunque suene a utopía, soñar no cuesta nada... construír un país sí.